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lunes, 2 de febrero de 2015

Twelve Changuitos


Phew... ya tenía siglos de los siglos de no publicar nada en blog, si bien en ocasiones anteriores hè utilizado la aplicaciòn "Notes" del CaraLibro. ahorita no se que me dio por recuperar mi viejo blog y elaborar una entrada mas...aunque lo vuelva a abandonar.
Han pasado casi cuatro años desde que abandoné esto y mas que haber aprendido cosas, solo las había estado recordando, con todo y mi periplo de cinco años (y un corazón roto por alguien que al final no sirvio para nada), las pirámides de Teotenango con ese recordatorio de viejos sueños, re-transmitidos a través de las energías recibidas ahí cada 21 de marzo y con el compromiso de realizarlos, La Noche màs obscura, El Dia mas brillante y Los Nuevos 52 y como no siempre es posible actualizar mitos, aquella persona que me inspirò mostrándome la puerta hacia un camino para recuperar lo que es mio, y que ahora es una completa desconocida, los niños ìndigo y las ultimas apariciones de Tanaka Reina, el re-descubrimiento del cyberpunk, los albures de Chaf y Queli y el volver a oir o ver cosas sin que me duelan como antes.


"Yaa goee...supéralo..." diría el clásico godìnez mientras dà un sorbo a su Andatti recién comprado a las afueras del Oxxo de Instituto Literario junto al Centro Harvard y con el clásico frió de perros de Toluca.
Hay muchas películas e historias acerca de viejos valores que regresan a las andadas, a demostrar a los mas jóvenes como se debe dar la lata,a  como hacer las cosas, y si nos damos bien cuenta, en su mayoría tienen situaciones repetidas pero adaptandolas a un contexto actual.
A veces resulta, a veces no, ya que los objetos en cuestión, aparentemente inamovibles en Tercera Dimensión, son mucho mas dinámicos dependiendo de la creación de la realidad personal. Por decir un ejemplo, escuchar el Doki Doki Love Mail de Aya Matsuura; en tercera dimensión es en si la misma voz, entonaciòn, matices, instrumentos, tiempos, pausas, escalas, arreglos, acordes, partitura y demàs elementos de la misma. Sin embargo conforme va cambiando tu contexto, tu cotidianeidad, (Backbeat como nos decìa Oasis en Wonderwall) si es tu momento, si no lo es, tus influencias y demàs, la canciòn tambièn và mutando, creciendo, haciéndose mas fea o mas bonita, tan colorida como los trazos de acuarela sonoros de Isao Tomita sobre las melodías de Debussy o tan monótona como los Pixies de la serie Los Padrinos Mágicos, siendo tan solo un pedazo de este sistema operativo llamado realidad, construido de sueños encimados sobre sueños viejos...

Apenas haré el experimento de la sensibilidad del arroz de Masaru Emoto...cuando termine les pasaré los resultados...